domingo, 12 de febrero de 2017

Segunda semana de febrero. Elementos pesados

Lunes 6 de febrero de 2017
Tenemos otro ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital (?) desde hace poco. El anterior dimitió por unas cosillas de dinero y mentir y tal. El nuevo inauguró la semana diciendo que tendremos que acostumbrarnos a que suba la luz permanentemente por motivos. Y a más cosas. Luego sale otra vez.








Martes 7 de febrero de 2017
Horribles vientos y lluvias y nieves. En playas, montañas, llanos y algunos congresos.










Miércoles 8 de febrero de 2017
Ochocientos puestos. Que no. Que sigan los profesores interinos. Yo fui de eso. Ah. ¿Para qué molestarse? ¿Para qué arreglar algo? Van a seguir siendo remunerados y reelegidos. ¿Para qué pensar en más allá de un año? ¿Para qué?











Jueves 9 de febrero de 2017
El funcionamiento de los isótopos del uranio es conocido. Su peso e inestabilidad les hacen idóneos para producir energía a poco que los toques. ¿Es ello peligroso? ¿Solo porque es enormemente radiactivo y sus residuos tardan en volverse inertes setecientos millones de años? Venga, señores, ¿creen que Endesa e Iberdrola (dueños de Garoña y del Gobierno) permitirían que corriésemos algún peligro? Hablando en serio (juá): la central de Burgos no va a reabrir (por el sencillo motivo de que no es rentable), pero sí se abre la puerta para que la vecina Almaraz, con dos reactores, prolongue su vida y acorte, quizá, la de todos. Esto sigue abajo.








Viernes 10 de febrero de 2017
Este señor, con el apropiado apellido de Scharfhausen, miembro del Opus y presidente del Consejo de Seguridad Nuclear quiere... lo que quieren las eléctricas, casualmente.
































Sábado 11 de febrero de 2017
El PP celebra congreso... ¡presumiendo! Mientras siguen creando pobreza, flotan como un tronco sobre sus pútridas aguas.










Domingo 12 de febrero de 2017
El PP, como digo, hace un Congreso Nacional para aclamar al molusco que tienen de presidente y sus estúpidas decisiones y se lo pasan en grande. La frase, casi literalmente, la dijo Fernández Mañueco, alcalde de Salamanca y uno de los más esclarecidos cabezones del partido en Castilla y León. (No es el fulano del dibujo).