domingo, 13 de marzo de 2016

Segunda semana de marzo. Rumbitas de tanatorio

Lunes 7 de marzo de 2016
Los imputados (o investigados, o sospechosos, o presuntos o como quiera que se les llame) de la trama eólica (ya saben, ese pequeño despiste de ciento diez millones de euros en licencias) se niegan a declarar en las Cortes de Castilla y León. Que le van a tener que decir lo mismo al juez. Que para qué. Que no les da la gana. Si mi capacidad de sorpresa no se hubiera agotado hacia 1987, estaría estupefacto. 





Martes 8 de marzo de 2016
Nada en concreto. Sobre las vallas que surgen de vez en cuando. Cartier-Bresson dejó de tomar fotos urbanas porque sólo le salían coches en el encuadre. Creo imposible capturar una imagen o ilustrar un reportaje ahora mismo en España sin que salgan varios de estos chismes. No es necesario que haya obras o que tengan que contener a la plebe... Sólo, salen. Como el moho.





Miércoles 9 de marzo de 2016
El clásico truco de mezclar lo doméstico con los grandes conceptos. Además, me gusta dibujar edificios. No repito lo suficiente que tenemos la culpa de todo. Y lo malo es que vamos a seguir teniéndola hagamos lo que hagamos. Ahorrar, derrochar, votar, no votar, ir, volver, cerrar, abrir...






Jueves 10 de marzo de 2016
Como en el resto de sectores, al lácteo le van dando distintos pésames con el agravante de soluciones. Cada dos o tres semanas les dicen que lo suyo ya está arreglado. Eso. Que se busquen otra cosa.




Viernes 11 de marzo de 2016
Cambian al dirigente de uno de los principales sindicatos españoles. El anterior llevaba veintidós años. Se le pasaron volando. El nuevo asegura la continuidad, que es lo que anhelan trabajadores y desempleados. Mucha continuidad. 





Sábado 12 de marzo de 2016
Vino la vicepresidenta del Gobierno de España. Con la de Trabajo (hay una ministra de Trabajo). Ahora tienen un nuevo mantra: si no cumplen algo (incluso cosas que ya han firmado) es porque están en funciones. El criterio de lo que pueden o no pueden hacer por esta situación interina resulta muy sencillo: lo que les apetezca. Aquí ya han terminado y cumplido, claro. Por eso vienen tantas ministras y tan a menudo al panteón o pudridero de votos del PP: a que el presidente Vicente les diga que no hay problema, que nuestra mansedumbre es sólida, compacta, robusta.





Domingo 13 de marzo de 2016
Ahora el PSOE de aquí dice que las Diputaciones son la sal de la tierra. Uno dijo lo contrario. Luego otro... qué más da.