viernes, 8 de noviembre de 2013

Primera semana de noviembre de 2013. Mil años de todo







Lunes 4 de noviembre de 2013
En una democracia civilizada los administradores del dinero público son invisibles y su tarea, molestísima e indeseada. Aquí ocurre lo contrario gracias  al afán de muchos informadores y de todos los políticos, por insignificantes que sean, empeñados en hacernos creer que nos regalan nuestro propio dinero y que trabajamos para gente que en realidad trabaja (o debería) para nosotros.


Martes 5 de noviembre de 2013
Toda esta gente pierde el culo por ascender en su propia y corrupta organización. Ascender significa, entre otras cosas, abandonar esta comunidad pobretona, donde sólo quedan mindundis.

Miércoles 6 de noviembre de 2013
El ministerio de Sanidad, como todos los demás, funciona a pleno rendimiento para que los ciudadanos paguen todo otra vez, y a empresas privadas. Quizá en este negociado la explotación del miedo sea incluso un poco menos justificable, que dé un poco más de asco...

Jueves 7 de noviembre de 2013
La perversión del lenguaje. Pedir no es tener, eliminar no es crear. Mienten tanto y tan a menudo, las palabras significan tan poco, que cualquier día empezarán a comunicarse (entre ellos) con aminoácidos.


Viernes 8 de noviembre de 2013
En estos sainetes viven y bailan y pasan el tiempo. La consejera de Agricultura o no sé qué le pide al ministro de ello, aprovechando que ha venido aquí a comer y a beber, que le dé el dinero que le tiene que dar para sus cosas. El ministro dice que se lo da. La consejera se chulea: "si no me pongo, igual no me lo abona". Luego, el dinero no aparece. Es lo de menos.

Sábado 9 de noviembre de 2013
El divertidísimo portavoz de la Junta presume (¡presume!) de que en la Comunidad no tenemos de nada: ni televisiones ni policía (por ejemplo), que nuestros presupuestos son miserables y que podemos seguir así indefinidamente. Nadie lo duda.

Domingo 10 de noviembre de 2013
En Castilla y León hay cuatro aeropuertos. En Salamanca, León, Burgos y Valladolid. Como casi todo, primero los levantan y luego piensan. De vez en cuando sacan el tema de que que hay demasiados y así nos tienen un rato entretenidos. Igual quieren hacernos creer que aquí sobra algo.